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Nos conocinos en uno de sus viajes a España para organizar una boda vasco-suiza en Getxo. Y así fue su boda en el Palacio San Joseren.

Gracias a mi experiencia como fotógrafa, vivo momentos emocionantes con las parejas. Uno de ellos es cuando preparamos un First Look. Estos primeros encuentros, no son más que eso, la primera vez que l@s novi@s se ven vestidos de ceremonia.
Es un momento íntimo antes de que comience la boda y de que lleguen sus invitad@s.

Una boda es un acontecimiento lleno de supersticiones, y en cuanto a las flores, no iba a ser menos. Much@s os preguntaréis por qué la novia lleva un ramo el día de su boda. Esta tradición tiene una simbología mística y viene de nuestros ancestros. En la Antigua Roma, los novios llevaban unos collares de flores como símbolo de la nueva vida, la esperanza y la fertilidad. Además, las parejas acostumbraban a llevar hierbas aromáticas y especias, pues se creía que con su olor se alejaba a los malos espíritus. Fue en Egipto donde estas plantas aromáticas se comenzaron a llevar en un ramo, y hoy en día se ha convertido en un placer visual al que pocas novias se pueden resistir.

Hoy he estado con Garazi un buen rato viendo las fotos, recordando todo lo vivido y hablando de lo especial que es casarse allí. Hemos hablado de cómo en las cuadras de la finca (donde se celebra la ceremonia) te trasladas a una boda en un granero típica de las películas americanas, pero made in Euskadi, mucho mejor ¡dónde va a parar! Sin duda es una apuesta que no deja indiferente a nadie, y completamente original.